jueves, 27 de septiembre de 2018

Arzak - Menú degustación 2018


¡Cucú!


¡Cuánto tiempo eh!

La ocasión lo merece...

El otro día nos pegamos un homenaje en Arzak y si no comparto esto ya, ¡no comparto na!

Al enseñar las fotos a ciertas personas muy críticas y escuchar que la estética no les gusta, pues puede ser. Pero eso fue en lo último que me fijé, la verdad. Fui a disfrutar del sabor, a sentir, a gozar. A cerrar los ojos y a que se parara el tiempo. 

Y así fue.


Empezamos con un aperitivo compuesto por lo siguiente:


Estas bolitas de mejillón que se deshacían en la boca y estaban... mmmm!!! Me recordaron a estar de niña en el típico bareto comiento un mejillón con bechamel, los que llamábamos "tigre". Qué tiempos, ¿eh?


Esfera de mejillón y cítricos



Crujiente de "nomeacuerdoqué" que era una especie de torrezno. Muy rico y sorprendente.

Talo de marisco urbano




Esta gilda versionada no me emocionó... La base rosa es de galleta y para mí no pintaba nada ahí puesta, ni por el color ni por los sabores pero bueno, comer la comimos!

Gilda




Y por último un foie con un crujiente que estaba maravilloso. Es que el foie... es mucho foie.

Maíz maseca, miel y foie


A partir de aquí comenzaron los platos en sí. El primero una especie de "ceviche" de txitxarro sobre melón. Estaba super fresco y rico, otra sorpresa que me gustó más de lo que pensaba a priori.

Pescado del día con melón ahumado


Después vino el camarón con crujiente de krill. Los bichitos estaban para comerse unos cuantos, puro sabor!!

Carabineros con krill



Todos los platos con huevo que tengan la yema crudita me cautivan, así que éste no iba a ser menos. Los hongos además, siempre suman. Este además iba marcado en plancha o en parrilla, un puntito diferente.

Huevo con maíz y gominolas de tomate


De pescado nos dieron para elegir rape, bonito o merluza, y yo opté por ésta última de la que no tengo el nombre "poético" pero era de poesía, ya os lo digo. ¡El punto estaba más que perfecto! No creo que sea casualidad...

Merluza


De carne también podíamos escoger entre pichón o cordero, y yo le di al cordero que venía tal que así. Las rueditas industriales son de pimiento, y la "enredadera" era de bellota. Que no fuese una ración inmensa a estas alturas del menú fue de agradecer.

Cordero engranado



Momento postres, a falta de uno, ¡dos! Ya empezábamos a estar llenas pero tampoco demasiado, nos controlamos con el pan así que disfrutamos de lo realmente importante.

Este primero entró muy fácilmente, el helado de hibiscus ayudaba mucho. Las miguitas son un crumble de remolacha que estaba de morir.

Tónico balear con hibiscus


Después a cada una nos sorprendieron con un postre diferente, y el mío era PURO CHOCOLATE, un auténtico broche final para mi experiencia. 

Skate y chocolate vietnamita



Todo esto regado con una bebida de aperitivo, un par de copas de Lanzaga 2012 y una botellita entera del mismo vino. 

Además, tuvimos la suerte de charlar con Elena Arzak y sacarnos una fotinchi con Juan Mari.





Antes de irnos y en el momento de los "cafeses", nos deleitaron con estas ranitas dulces de diferentes colores y sabores, un puntazo.






Qué se puede decir de poder compartir semejantes manjares en la mejor ciudad del mundo y con la mejor compañía. ¡¡¡Día de 10!!!

Ahora a esperar un homenaje de estas dimensiones hasta el año que viene.



Hasta entonces, recordaremos salivando nuestra experiencia en ARZAK.

¡Hasta pronto!


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