Si hay algo en esta vida que da placer, es la comida.
Y me siento muy pero que muy afortunada de vivir en esta ciudad, en la que todo gira en torno a la gastronomía.
Hoy comparto esta barra, este fotón, que define a la perfección cómo un miércoles cualquiera puede torcerse de la mejor de las maneras:
Este sitio debería ser obligatorio tanto para donostiarras como para foráneos. Qué maravilla, qué producto. Sencillez y esplendor culinario: La bodega donostiarra
Pintxos tradicionales más amigas. ¿Para qué más?
Nos vemos en las barras de los bares.